Cuando a toda una generación se le roba el derecho a soñar con un futuro mejor...

Podría entender perfectamente que la gente, TODA la gente de este país, o casi, estuviera muy cabreada. Podría entender que en los bares, en las charlas con los amigos, en la puerta de las escuelas o en la cola del súper no se hablara de otra cosa. Podría entender, e incluso justificar, que se lanzaran a la calle a arrancar los adoquines para construir barricadas o para buscar debajo de ellos la playa, como en aquel mayo del 68.

Podría entender, yo, pacifista confesa, que le prendieran fuego al Banco de España, o al Santander, o a Bankia... Entendería, e incluso acompañaría a quienes se presentaran a las puertas de los políticos y especuladores que jugaron con las cosas de comer y ahora nos condenan al hambre, de pan y de derechos. No sería difícil encontrarles, están en cargos públicos y en consejos de administración.

Entendería que asaltaran el Congreso, o La Moncloa, o ya puestos La Zarzuela ¿por qué no?, para sacar de sus puestos a los incompetentes que dicen representarnos y velar por nuestros intereses... mientras protegen sólo los bancarios.

Lo que no puedo entender es esta pasividad. Este laissez faire y este aprobar callando la actitud de quien nos lo ha robado todo.

Desde muy jóvenes mi generación ha aprendido que crecer es progresar. Que puedes empezar en precario, con una beca quizás, pero a medida que aumentas tu experiencia puedes aspirar a mejorar tus condiciones, primero mileuristas, y poco a poco irte asentando y estabilizando. Como hicieron nuestros padres. Y que un día te jubilarías y te dedicarías a recoger el fruto de tus años de cotización y a cuidar de tus nietos y alimentar a las palomas en el parque.

Tras cuatro años de crisis ya sabemos que todo era mentira. Que ni el crecimiento es infinito, ni los derechos sociales estaban garantizados. Que formarte y transigir un poquito al principio de tu vida laboral no te garantiza que ésta vaya a mejorar. O siquiera a existir. Que ninguna prestación es intocable, y que tu “poder adquisitivo” no va a mejorar con el tiempo. Sabemos que la línea ascendente del gráfico se ha convertido en una caída en picado, al menos para las personas, el 99 %.

Cuando a toda una generación se le roba el derecho a soñar con un futuro mejor... cuando a quienes tenemos todavía un trabajo remunerado, lo único que nos dejan es la esperanza de conservarlo, aún precarizando sus condiciones... Cuando el contexto nos obliga a decir que “tenemos suerte, porque con la que está cayendo”, y a tragar con lo que te ofrezcan... Cuando tus mismos gobernantes (jajaja!) te indican la puerta de salida del país para que tu formación produzca riqueza fuera, después de lo que tu país ha invertido en ella durante años... Cuando te obligan a dejar de ser "progresista" para convertirte en "conservadora"...

Cuando ocurre todo esto podría entender que las calles bulleran, que la ciudadanía exigiera a gritos o a pedradas responsabilidades y soluciones.

Lo que no puedo entender es que pase todo esto, y no pase nada más.

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