Mejor, me presento....
Soy una persona bien educada... y creo que el mejor comienzo es una presentación. Así que a ello voy:
Me llamo María, y a mí Sí me importa. Espero que, al menos esto, lo tengamos en común tú y yo. Me explico.
Desde que era muy joven -y de eso tampoco hace tanto, caray!- me di cuenta de que en mi grupo de gente había una serie de temas que acompañaban habitualmente a los cafés: política, clases sociales, desigualdades, paro... Cuando pegaba la oreja para ver de qué se hablaba en la mesa de al lado (no me digais que nunca lo habeis hecho... con lo que se aprende!!), notaba que generalmente los temas no tenían mucho que ver.
Vamos a ver! Está claro que mis colegas y yo también nos enganchamos al Primer Gran Hermano, y que, como todo quisqui, comentábamos a veces las andanzas de Ania, Jorge y compañía... Pero eso, la moda, el fútbol y la fiesta, nunca fueron LO ÚNICO que nos interesó.
No sé por qué mi gente sí hablaba de estas cosas y el resto no. O, mejor dicho, sí lo se. Hablábamos de estos temas porque nos importaban. Porque le veíamos una relación clara a lo que ocurría a nuestro alrededor, en el mundo, con nuestras vidas y nuestro futuro. Sabíamos que si el gobierno de Aznar (por entonces era la primera legislatura) seguía recortando las becas, posiblemente algun@s de nosotr@s tendríamos dificultades para terminar la carrera. También sabíamos que si acusaban a Nike de utilizar trabajo infantil, quería decir que el balón con el que jugábamos nosotr@s había impedido jugar a un niño o a una niña. Y hablábamos de eso, alrededor de un café. Eran tiempos más de palabras que de acciones, pero por algo se empieza! Con tiempo, las personas que nos sentábamos alrededor de esa mesa fuimos cambiando, y las temáticas evolucionaron. Nosotr@s crecimos y el ámbito de lo que nos importaba también lo hizo; de hablar sobre becas y paro, poco a poco se fueron colando otros temas: la injusticia, la pobreza, el hambre, la manipulación de la información, el ascenso de la violencia como forma de resolución de conflictos... Claro está que no toda la pandilla estaba de acuerdo en todos los temas, y una servidora se dió cuenta de que generalmente las discusiones terminaban con una acusación del tipo "sí, sí, te importa mucho todo eso, pero tú ¿qué haces?". Y tenían razón.
Cada uno y cada una fue siguiendo su camino, terminando nuestras carreras e iniciando como podíamos nuestra vida laboral.
En la carrera de la supervivencia y del día a día se pierde mucho aliento. Tanto, que las prioridades van cambiando y apenas nos sobran energías para desperdiciar luchando por cambiar cosas que ocurren fuera de nuestro alcance y que además, no está en nuestra mano cambiar... Total ¿qué más nos da? lo que pasa allá lejos no nos afecta directamente, y nosotros no podemos hacer nada.
ÑEEEC............. Un momento!
Vamos a rebobinar un poquito esto último.
Y si las energías necesarias para "hacer algo" no son tantas?
Y si resulta que lo que ocurre tan lejos sí está relacionado con lo que yo hago en mi día a día?
Y si resulta que lo que yo hago hoy determinará cómo será el mundo de mañana?
Y si (oh, utopía!!)... otro mundo fuera posible de verdad?
No creo que las personas a las que "nos importa" seamos de una especie diferente. Personalmente creo que cuando alguien descubre los estrechos vínculos que hay entre su forma de vida y la de millones de otras personas a lo largo y ancho del planeta, le resulta imposible quedarse impasible (qué bonito juego de palabras!).
Esos vínculos se visualizan de mil maneras, en mil pequeñas cosas. Las posibilidades de acción también son infinitas, y cuestan menos esfuerzo del que a veces pensamos. Por eso este blog. Como paja mental particular, y compartida. Para dar mi punto de vista, pero sobre todo para leer el de l@s demás. Necesito saber que a tí también te importa, y que me cuentes por qué.
Y, bueno... en realidad las cosas tampoco han cambiado tanto... sólo que el café, ahora, es de Comercio Justo, y en vez de hablar y hablar alrededor de una mesa... ahora lo escribo en este blog!!
Encantada de conocerte!
Me llamo María, y a mí Sí me importa. Espero que, al menos esto, lo tengamos en común tú y yo. Me explico.
Desde que era muy joven -y de eso tampoco hace tanto, caray!- me di cuenta de que en mi grupo de gente había una serie de temas que acompañaban habitualmente a los cafés: política, clases sociales, desigualdades, paro... Cuando pegaba la oreja para ver de qué se hablaba en la mesa de al lado (no me digais que nunca lo habeis hecho... con lo que se aprende!!), notaba que generalmente los temas no tenían mucho que ver.
Vamos a ver! Está claro que mis colegas y yo también nos enganchamos al Primer Gran Hermano, y que, como todo quisqui, comentábamos a veces las andanzas de Ania, Jorge y compañía... Pero eso, la moda, el fútbol y la fiesta, nunca fueron LO ÚNICO que nos interesó.
No sé por qué mi gente sí hablaba de estas cosas y el resto no. O, mejor dicho, sí lo se. Hablábamos de estos temas porque nos importaban. Porque le veíamos una relación clara a lo que ocurría a nuestro alrededor, en el mundo, con nuestras vidas y nuestro futuro. Sabíamos que si el gobierno de Aznar (por entonces era la primera legislatura) seguía recortando las becas, posiblemente algun@s de nosotr@s tendríamos dificultades para terminar la carrera. También sabíamos que si acusaban a Nike de utilizar trabajo infantil, quería decir que el balón con el que jugábamos nosotr@s había impedido jugar a un niño o a una niña. Y hablábamos de eso, alrededor de un café. Eran tiempos más de palabras que de acciones, pero por algo se empieza! Con tiempo, las personas que nos sentábamos alrededor de esa mesa fuimos cambiando, y las temáticas evolucionaron. Nosotr@s crecimos y el ámbito de lo que nos importaba también lo hizo; de hablar sobre becas y paro, poco a poco se fueron colando otros temas: la injusticia, la pobreza, el hambre, la manipulación de la información, el ascenso de la violencia como forma de resolución de conflictos... Claro está que no toda la pandilla estaba de acuerdo en todos los temas, y una servidora se dió cuenta de que generalmente las discusiones terminaban con una acusación del tipo "sí, sí, te importa mucho todo eso, pero tú ¿qué haces?". Y tenían razón.
Cada uno y cada una fue siguiendo su camino, terminando nuestras carreras e iniciando como podíamos nuestra vida laboral.
En la carrera de la supervivencia y del día a día se pierde mucho aliento. Tanto, que las prioridades van cambiando y apenas nos sobran energías para desperdiciar luchando por cambiar cosas que ocurren fuera de nuestro alcance y que además, no está en nuestra mano cambiar... Total ¿qué más nos da? lo que pasa allá lejos no nos afecta directamente, y nosotros no podemos hacer nada.
ÑEEEC............. Un momento!
Vamos a rebobinar un poquito esto último.
Y si las energías necesarias para "hacer algo" no son tantas?
Y si resulta que lo que ocurre tan lejos sí está relacionado con lo que yo hago en mi día a día?
Y si resulta que lo que yo hago hoy determinará cómo será el mundo de mañana?
Y si (oh, utopía!!)... otro mundo fuera posible de verdad?
No creo que las personas a las que "nos importa" seamos de una especie diferente. Personalmente creo que cuando alguien descubre los estrechos vínculos que hay entre su forma de vida y la de millones de otras personas a lo largo y ancho del planeta, le resulta imposible quedarse impasible (qué bonito juego de palabras!).
Esos vínculos se visualizan de mil maneras, en mil pequeñas cosas. Las posibilidades de acción también son infinitas, y cuestan menos esfuerzo del que a veces pensamos. Por eso este blog. Como paja mental particular, y compartida. Para dar mi punto de vista, pero sobre todo para leer el de l@s demás. Necesito saber que a tí también te importa, y que me cuentes por qué.
Y, bueno... en realidad las cosas tampoco han cambiado tanto... sólo que el café, ahora, es de Comercio Justo, y en vez de hablar y hablar alrededor de una mesa... ahora lo escribo en este blog!!
Encantada de conocerte!
Comentarios
A ver, hasta que conocí a esta mujer que ha creado este blog, nunca había participado en actividades solidarias ni nada parecido. Y si lo hago actualmente, es por ella.
Sin embargo, suscribo totalmente lo que dice, porque creo en ello de verdad. Creo que nuestro mundo es lo que nos rodea y lo que nos rodea lo creamos nosotros, con lo que respondemos a lo que nos llega de él. Desde mi punto de vista, no es necesario que vayas a Nepal, a Malawi o a Kenia a luchar contra la malaria (aunque a lo mejor te vendría bien para ampliar horizontes). Sólo saluda al vecino, hazle la compra a la señora del primero, que no puede moverse, sonríe a la vida y ella te sonreirá a ti (que reza una pintada en mi barrio), bájale galletas y café a los que duermen en la calle, ayuda al compañero en el trabajo y pondrás la maquinaria de la revolución de la era de acuario en marcha... Sé feliz y contagia tu alrededor. Verás cómo se extiende la magia... Besos a todos...
Por cierto, este blog también servirá para que contemos "quién le pone la pierna encima" a más de la mitad del mundo...
Lucy: Gracias, pero me temo que si ahora participas en "actividades solidarias", no es sólo por mi, sino porque crees que sirven para algo, no..? (di que si! no me decepciones!!) jejejeje
besos a los dos, gracias a vosotros, mi blog ya no es virgen de comentarios!
Siempre he dicho que no quiero renunciar a mi identidad mientras creo que es justo que a otros pueblos se les reconozca la suya…bueno, mi identidad está un poco contaminada si queréis, pero no deja de ser la mía.
Gracias Maria por crear este espacio y mantenlo mujé! no me seas güevona!
La profe
Y quiero darte las gracias Maria por enseñarme tanto,con tu esfuerzo,con tu constancia,porque lo primero es creer firmemente en lo que hacemos para convencer a los demas,como dice el anuncio de Caja Madrid,si quieres,puedes.
Vamos a seguir engrasando esa "maquina de la revolucion de acuarius",como dice Lucy,jeje.
Un saludo a todos y besitos para ti Maria.
Cada un@ que lo haga como mejor lo entienda, o como más fácil o cómodo le resulte, sea al estilo Lucy-Amelie, o al de Iria en Malawi-El Salvador... pero el caso es que si nos importa, hagamos algo. O por lo menos, lo comentemos en torno a un café (Iria, si lo empiezan a hacer en los colegios yo más bien les pondría un colacao...no?). Compartir las inquietudes a la larga mueve a la acción. Y si no, que me lo digan a mi!
Bsines uruguasssshos!
PD: Alberto, eres inconfundible!
Bienvenida a la blogosfera, tienes tu sitio, y si no lo tuvieras te haríamos sitio, porque hace falta más gente que hable de los problemas comunes, los que afectan a la solidaridad y a la justicia.
Un abrazo